A veces nos cuesta darnos cuenta y reconocer cuál es el verdadero significado de nuestra ansiedad, y qué hay detrás de todos esos síntomas que nos pertuban tanto.
Es común que tratemos y hablemos de nuestra #ansiedad como si fuera un agente externo que nos horripila, 🥺que nos las hace pasar canutas, que nos maltrata y que por supuesto no nos merecemos ni queremos tener; sin embargo, puede ser, que al fijarnos un poquito más a fondo, descubramos a nuestr@ niñ@ interior con los brazos extendidos, totalmente aterrorizad@ y que nos está avisando, a su modo, de que nos protejamos, de que lo vamos a pasar tan mal como aquella otra vez. 🙁
Nuestro sistema nervioso es jodidamente inteligente, 🙌🏽 registra nuestro sufrimiento, nuestros altos y bajos y memoriza, si por ejemplo, pasamos una época verdaderamente dolorosa en las que terminamos ech@s polvo y salimos a gatas, sin haber procesado o cerrado bien las cosas, pero como buenamente hemos podido. Igual que puede “trackear” un hecho aislado que nos produjo mucha tensión o estrés, 🧎♀️y que de algún modo llegó a traumarnos y tampoco pudimos o supimos cerrar, es fácil comprender entonces que si de repente nuestro sistema nervioso entiende (aunque sea erróneamente) que está de nuevo en peligro, 🚨 quizá por una situación similar a la del pasado, sintamos que tengamos que salir corriendo de ahí 🏃🏽♀️. Nuestro sistema nervioso 🧠 empieza entonces a hacer todas las triquiñuelas del mundo, palpitaciones, mareos, nudos en el estómago, hormigueo en las extremidades, insomnio, pérdida de sensibilidad en la cara, dolor de cabeza…
Al final no hay que perder la perspectiva, nos va a ayudar mucho más ver esa “ansiedad” cómo un “yo” asustad@, como nuestr@ niñ@ interior que nos está intentando proteger a toda costa y que en el fondo sólo necesita que la/lo calmen y que le digamos bajito y tiernamente: “te comprendo y entiendo por què estás aquí, pero yo me hago cargo” ❤️👶
🎨Sweet violets(det), JWGodward